
En concreto se han puesto a la venta 495.342 acciones con un precio de salida de 998.000 euros. Ese millón es parte del dinero que el Logroñes debe a la Seguridad Social, uno de los principales acreedores, junto a la Agencia Tributaria.
Durante todo este tiempo, nadie se ha atrevido a pujar por lo que la subasta se ha quedado sin ningún pretendiente y las acciones siguen siendo propiedad de Juan Hortelano, presidente del club.
Los futbolistas del Logroñes llevan meses sin cobrar y ahora es cuando tienen la oportunidad de denunciar en la Asociación de Futbolistas Españoles la cantidad que deben recibir.
Ante esto, la plantilla del Logroñes se ha decidido a comprar la totalidad de las acciones de su equipo, lo que supone un riesgo para los jugadores por la importancia de la operación.
El primer paso para hacer realidad ésta propuesta es presentar la oferta al presidente del CD Logroñes en la actualidad, Juan Hortelano. Esta oferta deberá ser estudiada por el máximo accionista y tomar una decisión donde acepte o renuncie a la invitación de compra.
En el caso en el que el presidente del equipo, Juan Hortelano, acepte la oferta, todas las acciones pasaran a formar parte de los jugadores y ellos serán los encargados de todo lo relativo a la administración del club. Estarán envueltos en una situación donde tienen que dirigir al club tanto en lo administrativo como en lo deportivo respondiendo a su profesionalidad.
Esta propuesta también incluye la renuncia por parte de los jugadores, del cuerpo técnico y de varios empleados del club de sus deudas que acumulan hasta la actualidad con la condición de que el señor Juan Hortelano se aparte del club
Por lo que respecta al presidente, en caso de aceptar la pretensión de los jugadores, supondría el perdón total de la deuda que éste ha adquirido a día de hoy con la plantilla y cuerpo técnico del equipo, a cambio de que todas las acciones pasasen a ser propiedad de los jugadores responsables en la operación. Por consiguiente el presidente se desvincularía en todos los aspectos del equipo y el capital social pasaría a formar parte de los jugadores.
En caso de que el presidente no aceptase la propuesta de los jugadores o no encontrara ningún otro comprador de las acciones, provocaría que el club se viera envuelta en un problema para pagar las deudas, ya que sino el descenso del equipo sería automático y volvería a la tercera división. La fecha límite para abonar la deuda es el mes de agosto, pasado este plazo el club volvería a bajar de división.
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